Por Juan Tomás Valenzuela
Oí que a Amaury García,
por capáz y por honesto,
lo quitaron de su puesto
pa’poner una ruyía.
Dicen que el Dr. García
cometió el terrible error,
de ejercer bien su labor
como estaba estipulado,
pero esto afecta al Estado
de nuestro benefactor.
Este joven cirujano
de gran solvencia moral,
regenteaba este hospital
como un guardia pretoriano.
Allí, quien metía la mano,
corría el riezgo de perderla.
La ley, lograba imponerla
con respeto y probidad,
generando enemistad
con quien quería sobreseerla.
El médico-cirujano,
que fue colaborador
del gobierno malhechor,
lo cancelaron de plano.
El manejo cotidiano
que se ejercía con prestancia,
no generaba ganancias
al sistema permisivo
y al igual que a un “hiedevivo”
lo aporrearon de la estancia.
¿Quien sustituye a García
en su impecable gerencia?
Pues la misma sinvergüenza
que desfalcó la alcancía.
Recordemos que esta arpía
con título de doctora,
desfalcó al Ney Arias Lora
la vez que fue cancelada,
y en esta barrabasada,
nombran de nuevo a esa tora.
Más de 300 millones
que dejó esta tipa en deudas,
sin que una toalla se pierda,
bajó casi a 100 millones.
Pero para los hampones
que manejan la salud,
constituye una inquietud
la honestidad de García
y traen de nuevo a esta arpía
y toda su ineptitud.
Pero aquí lo más penoso
no es que quiten al doctor,
lo que me causa pavor
es que este mismo baboso,
salga a defender airoso
las vainas de estos bandidos,
diciendo que su despido
es un asunto normal,
que él no piensa denuncias,
porque él se debe al partido.
Juan de los Palotes
4 octubre 2018